JOLLY, CREADOR DEL SHOW DE LOS JJ.OO. SOBRE EL SENA: “PROYECTAMOS VALORES COMUNES”

“Unos viajeros, venidos de otro tiempo, llegan a la tierra y encuentran vestigios. Esos vestigios están ligados a la historia del olimpismo y servirán para refundar, en un futuro lejano, los Juegos Olímpicos”. Así resumió hace unas semanas Thomas Jolly, director artístico de las cuatro ceremonias de apertura y clausura, el concepto que ya está rigiendo las puestas en escena. Y ayer tuvo lugar la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, las dos semanas cada cuatro años en las cuales el deporte se da cita para celebrar y competir.  Con 3 horas y 45 minutos de duración, la celebración acogió a 10.500 atletas de todo el mundo y, por primera vez, no se realizó en un estadio, sino que se desplegó a bordo de 85 barcazas que transportaron a gran parte de los atletas. La navegación fue desde el puente de Austerlitz, en el este, hasta la Torre Eiffel y alrededor de 500 mil personas pudieron presenciar la histórica ceremonia, que el Servicio Olímpico de Difusión (OBS, por sus siglas en inglés) había anunciado que sería “la mayor producción nunca antes realizada en términos de equipamientos y recursos de difusión”.

Thomas Jolly trabajó 18 meses en la preparación. Su sentido de la dramaturgia, orientado hacia la grandiosidad de sus puestas en escena y su militancia por una “teatralidad exacerbada”, fueron un faro para concebir la posibilidad de que París fuera, literalmente, el escenario del “mayor espectáculo mundial”.

Resulta, entonces, atinado que este hombre, predispuesto a la megalomanía, sea el encargado de abordar este espectáculo. Pero no estuvo solo: se rodeó de cuatro autores, entre ellos la novelista Leila Slimani y la guionista Fanny Herrero, autora de la serie Dix pour Cent (Diez por ciento). El propósito fue armar un “gran relato” alrededor del privilegiado decorado que constituyen el propio río Sena y los monumentos de París. Los seis kilómetros del recorrido fueron “trasladados a la realidad”, como confesó a AFP.

 Hijo de una enfermera y un imprentero, al finalizar sus estudios, Jolly fundó su propia compañía de teatro, La Piccola Familia. Realizó Arlequin poli par l’amour de Marivaux en 2006, Toâ (de Guitry) en 2009 y Piscine (pas d’eau) de Ravenhill. De 2010 a 2014, representó Enrique VI de Shakespeare, una trilogía continua de 18 horas de duración, representada íntegramente en el Festival de Aviñón en 2014. Luego complementó la trilogía con Ricardo III y estuvo varios años representándola.

Desde enero de 2020 es director del centro dramático nacional Le Quai de Angers Pays de la Loire. En 2022, creó El dragón (Schwartz), la tetralogía Enrique VI + Ricardo III (Shakespeare), y también revivió el musical Starmania en el Seine Musicale. Jolly es comediante, además de director de escena. De alguna manera, representa la cultura teatral colectiva francesa. El espíritu de la compañía es llevar adelante piezas complejas, y ha demostrado capacidad de liderazgo y dirección, condiciones que podrían ponderarse como fundamentales para una serie de tareas semejante. Para afrontar esta compleja empresa, se rodeó de un equipo multidisciplinario, convocando a un equipo de élite.

"Con su impresionante carrera, Thomas Jolly está a la vanguardia de la joven, creativa y ambiciosa escena artística francesa”, declaró hace un tiempo Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador París 2024. “Sus extraordinarios espectáculos son la prueba de que sabe cómo romper las normas y llevarlas al siguiente nivel”, agregó.

“Me siento muy honrado y orgulloso de ser nombrado director artístico de las Ceremonias de París 2024”, había dicho al ser designado. “Cuando oí hablar del concepto de la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos en el Sena, me sorprendió la increíble ambición que se había propuesto el Comité Organizador. Con la perspectiva de una extraordinaria Ceremonia de Apertura de los primeros Juegos Paralímpicos en Francia, y las alegres Ceremonias de Clausura en el Estadio de Francia, estoy convencido de que podemos ofrecer al mundo imágenes únicas en 2024”, se esperanzó. El concepto que se vio ayer fue el desarrollo de la idea de la libertad en Francia desde la Revolución francesa a un escenario de diversidad total y una advertencia sobre el deterioro del planeta por la crisis climática.

“Al abrir los Juegos al mayor número posible de personas, París 2024 muestra unos valores que reconozco plenamente”, explicó. “Estoy convencido de que en nuestra época necesitamos proyectarnos juntos hacia ideales comunes. Como tal, las Ceremonias fueron una gran oportunidad para compartir una narrativa colectiva, para afirmar la posibilidad de un ‘nosotros’ frente a las naciones de todo el mundo”. Este defensor  de la “diversidad” y la “convivencia”, augura que la ceremonia de clausura, en el Estadio de Francia, el 11 de agosto, también tendrá una importante carga de significado. Consultado sobre lo que vendrá después de este compromiso, el director le confesó a la AFP: “Me gustaría actuar para otros, en teatro, en cine”. Pero se atajó: “Desde hace dos años y medio, he acumulado muchos proyectos y he dado todo lo que tenía para estas ceremonias. Ahora, como toda buena tierra, necesito ponerme en reposo”.

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