CRISTINA PEDROCHE, A CORAZóN ABIERTO: “LA MATERNIDAD ME ARROLLó”

Una oscuridad intrusa se cernió sobre la personalidad luminosa de Cristina Pedroche (Madrid, 1988). Fue la madre en quien se había convertido la que se entrometió con sus miedos inéditos. Sentía tanto por su hija Laia que la exigencia de estar a la altura se multiplicó por mil, que el temor a que la hicieran daño se elevó hasta la cúspide, que la tristeza y la sensibilidad que se le agarraron muy adentro la hicieron sufrir y perderse. La vulnerabilidad hizo de las suyas y afloraron, entonces, las luces y las sombras. Buscó ayuda psicológica, se lanzó a expulsar los demonios por medio de la escritura y, de ese ejercicio, resultó un libro nunca planificado. Se hizo solo.

Gracias al miedo (Planeta) es, como reza su subtítulo, la historia de valentía, descubrimiento y amor incondicional de Cristina Pedroche. De la colaboradora y conductora televisiva, de la presentadora de las campanadas que más expectación levantan, de la mujer del chef Dabiz Muñoz, del personaje influyente que despierta amor y odio, a partes iguales, en las redes sociales. Pero, a un lado las etiquetas “manidas”, es el testimonio valiente de una mujer que decidió aprender a redefinirse en una vida nueva y también de una madre que, ante un torrente de amor ingobernable, decidió apartar los juicios y quererse. Plantó cara al miedo.

¿Gracias al miedo te has hecho más fuerte?

Creo que, gracias a este libro, me he dado cuenta de que soy valiente. Aunque en un primer momento el miedo me para, yo tomo ese parón para pensar en qué necesito para enfrentar el miedo y siempre o casi siempre al final lo supero.

Tu libro es autoterapia. ¿Ha funcionado?

La terapia narrativa me ayuda a colocar mis sentimientos y a ordenar mi cabeza. Lo que yo tenía escrito me ayudaba a entenderme un poco mejor. Para este libro tuve que reescribir todo para dirigirme a un futuro lector y ojalá alguna persona se sienta identificada con mis sentimientos y, quizás, alguna cosa que yo hago y me viene bien le funcione a ella. Solo con eso ya sentiré que este libro ha sido un éxito. Con lo poquito que lleva en la calle, ya siento que me está compensando todo “lo malo” que también recibo. Porque la gente me está dando mucho amor y cariño, sobre todo, en las firmas y eso me llega al alma. Esas personas también me sostienen.

Fue la madre en quien se había convertido la que se entrometió con sus miedos inéditos

¿Hay entonces una intención de ayudar?

El libro no es de autoayuda ni trato de dar ninguna lección o consejo. A mí me ayudaba mucho, cuando estaba muy en el hoyo, conocer historias de otras madres o de otras mujeres para sentirme menos sola y validar mis sentimientos. Pues este libro cuenta la historia de otra madre, mi historia. Quizás a alguna mujer le ayude. ¡Ojalá! Sobre todo, a que sepa que no está sola.

El personaje televisivo cede el protagonismo a la persona. ¿Es este libro el mayor ejercicio de pureza y honestidad de tu vida?

Es lo más puro que he hecho nunca. En mi caso, pocas veces se ve la diferencia entre el personaje y la persona, que soy muy de verdad también en la tele, pero con este libro doy un paso más. Está escrito desde lo más hondo de mis entrañas. Es la vez que más me desnudo.

Muchos no entenderán como se puede morir de amor (por tu hija), pero estar triste…

Tampoco lo entendía yo, pero saber que a otras mujeres también les pasa me hace sentir menos bicho raro.

El libro no es de autoayuda ni trato de dar ninguna lección o consejo”

Tanto amas, tanto sufres. ¿Es así?

No pensaba que fuera así, pero la maternidad me arrolló. Un tornado extremo de amor me inundó y también lo acompañó de dolor y de incertidumbre.

Pones en valor la terapia psicológica. A la mínima, ¿hay que dejarse ayudar?

Las personas que van a terapia son personas que tienen problemas, pero que los quieren solucionar. Todos tenemos problemas.

Están tu marido, tus padres y tu tribu (de amigas). ¿Sin soportes en la vida no somos nadie?

Creo, firmemente, que todo parte del amor propio y que nos tenemos que poner a nosotros en la primera posición para después poder querer, cuidar y sostener a alguien más. Pero, cuando nosotros nos sentimos desprotegidos o no encontramos la salida porque nos sentimos perdidos, la gente nos puede ayudar muchísimo. A mí, mi tribu y mi familia me salvaron.

Es una pena que en las redes haya tanto odio, pero eso es un reflejo de cómo está la sociedad”

En el libro reivindicas una conciliación real para la mujer. ¿Cuándo llegará?

Ojalá algún día, pero, claramente, todavía estamos lejos…

En alguna ocasión, te han robado la intimidad. ¿Es lo que más duele?

Lo que más me duele es sentir que mi vida y mis tiempos no los controlo yo.

“También sé que despierto emociones extremas. Te puedo gustar mucho o me puedes odiar mucho”, dices. ¿A esto se acostumbra una?

Supongo que te vas acostumbrando, pero eso no quiere decir que duela menos. Es una pena que en las redes haya tanto odio, pero eso es un reflejo de cómo está la sociedad. Esa gente necesita un abrazo. Alguien que te desea tanto mal, incluso la muerte, es que tiene que tener una vida muy vacía y estar falta de amor.

¿Te asusta el vértigo de las (malas) reacciones al libro?

No, porque serán otras críticas más que sumar a las que recibo constantemente. Con este libro me he propuesto que solo me voy a quedar con lo bueno.

¿Es este un relato esperanzador?

Para mí, sí, porque he aprendido que tarde o temprano todo pasa.

¿Quién es ahora Cristina Pedroche?

Una mujer que intenta ser más permisiva, flexible y amable conmigo misma. Voy a seguir siendo igual de perfeccionista que hasta ahora, pero, si las cosas no salen como yo espero, al menos voy a tratar de no fustigarme y tratarme mejor. En ello estoy.

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