MARLEY RECHAZó LA ACUSACIóN EN SU CONTRA Y SE MOSTRó DISPUESTO A SOMETERSE A UN JUICIO POR LA VERDAD

Marley respondió por primera vez a la denuncia presentada por Adrián Alfredo Molina, un hombre de 45 años radicado en Miami. Molina acusa al reconocido conductor televisivo, de corrupción de menores, afirmando que los abusos ocurrieron hace 28 años, por lo que solicitó un “juicio por determinación por la verdad". Marley niega las acusaciones, llamándolas "falsedades" y advirtió que el denunciante fue “extorsionado” por dinero.

Según la denuncia, en donde Molina los hechos se habrían producido cuando Molina tenía 17 años, aunque el Código Penal argentino establece que estos delitos están prescritos. Razón por la cual, Adrián solicita un “juicio por determinación por la verdad.

El escrito detalla una relación secreta de más de tres años entre el denunciante y Marley, que supuestamente incluyó manipulación emocional, juegos sexuales con sustancias ilegales y un desarrollo psicosexual anormal. Según consta en el texto, presentado junto al abogado Martín Apolo, por el “abuso y sometimiento” el hombre decidió mudarse a la ciudad de Miami, quien recientemente viajó a Buenos Aires para presentarse ante la Justicia.

En respuesta a estas escandalosas acusaciones, Marley se defendió en una entrevista con el canal Telefé, calificando las denuncias como “falsedades”. El conductor admitió haber tenido un vínculo sentimental con Molina, pero sostuvo que fue cuando era mayor de edad, y advirtió que fue “extorsionado” por dinero.

Los detalles de la denuncia contra Marley por corrupción de menores: “Me hacía sentir culpable por negarme”

Marley se mostró frustrado por tener que exponer detalles íntimos de su vida personal y su sexualidad debido a estas acusaciones. “Tengo todas las pruebas para refutar estas mentiras y voy a presentarlas a la Justicia”, afirmó Marley. "Esto se va a cerrar rápidamente", dijo. 

"Tengo que hacer una denuncia penal y que la gente vea que esto no es vedad, y que tengo todas las pruebas de que es una extorsión”, agregó. 

 

Marley fue denunciado por supuesta corrupción de menores

La presunta víctima relató en la denuncia cómo habría empezado su vínculo con el conductor en 1996 y detalla los encuentros en los que habrían ocurrido los abusos sexuales. Dado que la causa prescribió, el denunciante solicita el “juicio por la verdad”. 

El derecho a la verdad es un derecho de carácter colectivo que permite a la sociedad tomar conocimiento de la ocurrencia de los hechos aberrantes denunciados y tener información para evitar su reiteración”, se plantea en la denuncia, tramitada en el juzgado de instrucción 43 y en la fiscalía de Marcelo Retes.

Entre otros puntos, la denuncia hace referencia a una “manipulación” por parte del conductor, al “anormal desarrollo psicosexual” del denunciante, y que el contacto inicial se hizo de manera virtual.

“Él me decía que quería tener relaciones sexuales conmigo y que no le debía contar nada a nadie. Yo era un adolescente muy introvertido, tímido, que tenía solo una amiga a quien conté estas confidencias. Esa manipulación y mi inmadurez me llevaron a acceder a tener relaciones sexuales con él”, se grafica en el texto.

En otro pasaje, se relata: “Me obligó a ingerir ciertas drogas, vendando mis ojos, entre otras perversiones. Yo nunca había usado drogas. En una ocasión, en la planta alta de su casa, Alejandro Wiebe colocó en mi nariz una substancia ilegal que se llama popper”.

“La substancia ingresó a mis fosas nasales, me hizo hervir la cabeza, la nariz, la garganta, los ojos, esto pasó mientras él intentaba convencerme de tener sexo en la bañera/jacuzzi. Me sentí tan mal que me descompuse, y mareado perdí el equilibrio y la conciencia. Lo único que recuerdo antes de perder conciencia es él tratando de levantar mi cuerpo de la bañera y luego recuerdo estar en su cama”, agregó.

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La presentación judicial de Molina enumera también una serie de hechos ocurridos en Argentina y en Estados Unidos, siendo menor y también mayor de edad. El escrito dice que "Alejandro Wiebe gradualmente iba aumentando sus deseos y perversiones", describiendo minuciosamente los presuntos acontecimientos

Según consta en el texto, Marley le consiguió un boleto de avión para irme a vivir a Estados Unidos, a cambio de que nunca cuente esto que le hizo.

Por último, Molina señaló: “La conducta de Alejandro Wiebe conocido públicamente como Marley, afectó mi integridad moral y sexual, produciéndome una errónea interpretación en el desarrollo de las relaciones interpersonales como así también sexuales, las cuales nunca pude experimentar libre y naturalmente, incluso hasta el día de hoy”.

 

Qué son los juicios por la verdad

Alejandro Molina pidió que, pese a que la causa está prescrita, se realice el proceso judicial para determinar cómo fueron los hechos. En eso consiste el juicio por la verdad. Está destinado determinar y probar si ocurrieron los hechos y quienes son los responsables. 

A diferencia de los juicios tradicionales, en los juicios por la verdad no se emiten condenas ni se imponen penas a los acusados, dado que el delito en cuestión ya ha prescrito. Su objetivo principal es brindar un reconocimiento público de la verdad y proporcionar una forma de reparación para las víctimas y sus familias.

Estos juicios sin efectos penales, detalla el Centro de Información Judicial, surgieron a raíz de una presentación de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) en La Plata, realizada en 1998, para averiguar qué sucedió con las personas detenidas y desaparecidas durante la dictadura militar de 1976 y determinar quiénes fueron los responsables de los crímenes.

En el contexto de casos como el de Alejandro Molina, quien solicitó un juicio por la verdad para esclarecer hechos de abuso sexual pese a que la causa está prescrita, se busca principalmente hacer justicia desde una perspectiva moral y simbólica. "La realización de este tipo de procesos puede servir como acto reparatorio para la víctima",  explica la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires respecto de un caso de abuso sexual en el que en 2022 la Justicia habilitó esta instancia.

Es decir, es un proceso judicial donde la extinción de la acción penal no cancela el derecho de la víctima a que su verdad sea discutida públicamente. La visibilidad pública y el debate judicial ayudan a reparar, en cierta medida, el daño causado por la impunidad y el silencio que suele rodear a los crímenes prescritos.

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